Lo primero es que hay dos versiones, una sin lector de disco y presumiblemente más accesible, y otra con el lector.
Sus líneas agraciadas y su color blanco difieren mucho de todo lo que Sony había hecho en este apartado en el pasado, mostrando que con esta consola, que se lanza a finales de año, finalmente quieren dar un salto definitivo hacia el futuro.
En la presentación no hubo noticias ni menciones sobre el precio que tendría la consola o sus accesorios, pero estaremos atentos a lo que suceda.